lunes, septiembre 1

MÚSICA AZTECA


Un arqueo-musicólogo Arnd Adje Both, del Museo Reiss-Engelhorn de Mannheim, descubrió algunos aspectos desconocidos de la música de los aztecas.

Cámara de caos:

Hasta ahora habían muchas especulaciones sobre cómo se producía el extraordinario sonido de las flautas aztecas, pero el arqueo-musicólogo logró finalmente descifrar el misterio a través de la tomografía computada.

Analizando los movimientos del aire dentro de los instrumentos y observando su construcción interna por medio de la tomografía, Both llegó a nuevas conclusiones.

"Los instrumentos aztecas como los silbatos con forma de calavera poseen características de construcción que no se encuentran en ningún otro instrumento musical conocido".

"Este sonido se produce, a diferencia de los instrumentos tradicionales, cuando dentro de las flautas se chocan dos corrientes de aire diametralmente opuestas dentro de lo que he llamado una 'cámara del caos'".


Música para la Muerte:

Las flautas con forma de calaveras representarían la unión de dos seres divinos, Mictlantecuhtli, dios del inframundo, y Ehecatl, dios del viento.

"La vinculación se aclara cuando se piensa que los aztecas creían que el viento del norte venía de la tierra de los muertos".

La profesora de Culturas Americanas Antiguas de la Universidad de Berlín, Ursula Thiemer-Sachse, dice que justamente esas investigaciones muestran que esos instrumentos "reproducían el sonido que los antiguos pobladores de Mesoamérica suponían en el inframundo".

El hallazgo de los instrumentos musicales en el contexto de tumbas y no desperdigados entre otros objetos, como los que había sido encontrados hasta ahora, permitió a Both aclarar algunas de sus funciones.


Sonidos para la guerra:

Una de los instrumentos más inquietantes es una flauta compuesta por dos pequeñas esferas dobles. Esta flauta doble emite dos sonidos a través de sus cuerpos, pero uno levemente retrasado respecto del otro y en un tono distinto.

"Nuestro cerebro no puede procesar los dos sonidos al mismo tiempo", comenta Both "luego de un tiempo de estar expuesto a esos sonidos, el cerebro deja de insistir en procesarlos y la persona que escuchaba debería caer probablemente en una suerte de trance".

Both especula que estas flautas eran utilizadas, entre otras cosas, como una preparación antes de una guerra.

"Suponemos que en algunas ceremonias algunos de esos instrumentos debían ser tocados durante varios días seguidos".

"Se adapta perfectamente para mover a los guerreros a un estado emocional cercano al desgarramiento".

 
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