Tal cual son las cosas, lo que en el momento nos sucede ejerce una influencia sobre nosotros. Y a cada alteración que se produce en nuestra psicología basada en este momento presente le damos el sentimiento del Yo. Y así tenemos una psicología momentánea.
Sostengo que este psicología momentánea, a la que poderosamente entra el ego propio, descansa en parte, si no fundamentalmente, en la distinción que hacemos entre el fué, el es y el será. O sea que descansa en nuestra creencia en el tiempo que pasa, y que hace que únicamente el instante sea el sitio de la vida. El resultado es un punto de reacción que se destaca en exceso, y que siempre varía. Esto no puede proporcionarnos un punto de partida para la unificación o la integración; y, en realidad, no podría hacerlo.
Nicoll
El hombre no es un objeto sencillo, ni volcado en un solo modelo, sino que mora en la constitución de la criatura humana una legión de fuerzas mezcladas y de poderosas voces. Creo que nosotros somos un monstruoso animal, aún más extraordinario que la Hidra y con un mayor número de cabezas. Pues no es la misma parte de nuestra naturaleza con la que pensamos y deseamos, sentimos dolores o sufrimos cólera, ni proviene de nuestro temor de la misma fuente que nuestro placer. Bien se puede observar como hay valor así como hay cobardía. Hay, en verdad, toda suerte de opuestos dentro de nosotros, y cierta fuerza media de la naturaleza que corre a través de ellos y que llamamos Mente.
Sinesio
...cada uno de nosotros está hecho de diez mil estados diferentes y sucesivos, de un montón de unidades, de una multitud de individuos. Careciendo de unidad, nosotros NUNCA verdaderamente somos.
Plutarco
Una persona es una asamblea. Esta asamblea consiste de muchas dramatis personae llegadas de todas partes, animadas por distintas inclinaciones y que persiguen distintos fines. Algunas veces suele levantarse una de ellas, pronuncia un discurso o hace una obra; luego se sienta y permanece en silencio, sin moverse, en tanto que otra a su vez, habla y obra. Otras veces son varios los personajes que se levantan juntos, se apoyan los unos a los otros en sus discursos y combinan sus actividades. A menudo también aquellos que se levantan no están de acuerdo entre sí, discuten ferozmente, pelean, se anatematizan los unos a los otros. A veces la asamblea se torna tumultuosa, y todos los miembros se ponen de pie y pelean frenéticamente. Esto es una persona, y así es como es cada uno de nosotros.
Anonimo
A menos que logre una unidad interior, el hombre no puede tener un Yo, no puede tener voluntad. El concepto de "voluntad" en relación a un hombre que no ha logrado una unidad interior es completamente artificial. La totalidad de la vida está hecha de pequeñeces a las que obedecemos y servimos continuamente. Nuestro "Yo" cambia como un caleidoscopio. Cada acontecimiento externo que nos toca, cada emoción que surge súbitamente, se convierte en el califa de una hora, comienza a construir y a gobernar y, a su vez, queda inesperadamente depuesto y le reemplaza alguna otra cosa. Y la consciencia, sin tratar de dispersar los ilusorios designios creados por la agitación del caleidoscopio, y sin comprender que en realidad el poder que decide y actúa no es ella misma, lo aprueba todo y se refiere a estos momentos de la vida en que hay diferentes fuerzas externas en movimiento, diciendo: 'Esto es Yo, esto es Yo'.
Ouspensky