-Tus pies se arrastran pesadamente en el piso. ¿Llevas una carga, saltamontes?
-Son mis pensamientos los que pesan, maestro. Estuve en el mercado, todos los hombres allá discuten y pelean. No hay paz.
-¿Por qué te preocupa eso cuando tu hogar está aquí?
-Quiero que todos los hombres conozcan la paz.
-Está escrito en el Tao Te Ching: Bajo el cielo, todos pueden ver la belleza como belleza, sólo porque hay fealdad. Todos pueden conocer el bien como bien sólo porque hay maldad. Por lo tanto, tener y no tener nacen juntos. Lo difícil y lo fácil se complementan. Lo alto y lo bajo se apoyan entre sí. El frente y lo trasero se siguen mutuamente.
-Pero maestro, ¿no queremos que todos conozcan nuestra paz, nuestra felicidad?
-¿Harías de todo el mundo un templo? Sé como el sol y lo que esté dentro de ti calentará la Tierra.
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