domingo, julio 26

CANTO DE NUESTRO SEÑOR EL DESOLLADO, BEBEDOR DE LA NOCHE


Oh bebedor de la noche, ¿por qué ahora te disfrazas?
Ponte tu ropaje de oro, revístete de la lluvia.

Oh mi dios, dádiva de piedras preciosas tu agua, al bajar sobre los acueductos, trueca en plumas de quetzal al sabino.

La preciosa serpiente de fuego al fin me dejó.

No vaya yo a perecer, yo la tierna mata de maíz: mi corazón es cual esmeralda: he de ver el oro.

Mi corazón se refrigerará: el hombre madurará, habrá nacido el caudillo de la guerra.

Oh mi dios, haya abundancia de maíz: la tierna mata de maíz se estremece ante ti, tiene fija en ti la vista hacia tus montañas, te adora.

Mi corazón se refrigerará: el hombre madurará, habrá nacido el caudillo de guerra.


Mexica


esteroides prehispánicas

 
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