Un péndulo oscila de un lado al lado opuesto. Vemos obrar al péndulo en la naturaleza en el cambio de estaciones del invierno al verano y luego de vuelta al invierno, de un lado hacia otro sin interrumpirse nunca, y en el movimiento de las mareas, y en el movimiento de las olas, de abajo arriba. También tenemos muchos péndulos en nosotros, porque lo que está en el Universo está en nosotros. Cabe observar también que tenemos péndulos que oscilan entre "simpatía y antipatía", entre "deseo y repugnancia", entre "felicidad y desaliento", entre "amor y odio", "afirmación y negación", "certidumbre y duda", y así sucesivamente. Estos péndulos tienen diferentes periodos -es decir, longitud de oscilación- y, como los relojes, algunos van más rápidamente, otros más lentamente, al mismo tiempo. Esto es, oscilan más rápidamente o más lentamente, entre los signos opuestos. Y existe también el periodo de nuestra vida que oscila entre signos opuestos de nacimiento y muerte. Este es el periodo de vida. Oscilamos físicamente del nacimiento a la muerte: sin embargo, no vemos la oscilación opuesta.
En las antiguas obras se mencionan muchas veces los opuestos y se habla de todas las cosas que oscilan de un lado a otro, de las fuerzas contrastantes o limitadoras. No se debe pensar que al decir que las fuerzas oscilan de un lado a otro significa que no están regidas por alguna ley. Significa que obran fuerzas contrarrestantes. Se dice en una frase: "Todas las cosas son dobles, la una contra la otra". ¿Qué significa que una cosa sea doble? Significa que en todo hay un opuesto por el cual existe y al cual se opone. Como ejemplo general diremos que la oscuridad lleva implícita la luz como su opuesto y la luz la oscuridad y juntas hacen una cosa, una cosa doble que podemos llamar "luz-oscuridad", una cosa que dividida llega a ser luz u oscuridad. O, para dar un ejemplo psicológico: la pena y el goce son opuestos. Están uno contra el otro y juntos son una "cosa" que es doble, a la cual podemos llamar "goce-pena". Asimismo la pena destruye el goce, y el goce la pena. Son opuestos y mutuamente destructivos. O asimismo, el hambre y la saciedad son estados opuestos. Como el hambre se satisface comiendo, lo opuesto -a saber, la saciedad- o hasta la repugnancia aparece. Así el vaivén del péndulo hacia la saciedad es seguido por su retorno al hambre. Lo que es preciso ver es que el hambre y la saciedad, aunque contrarios, forman una cosa, a la que podemos llamar "hambre-saciedad", y ellas son inseparables, aunque una esté contra la otra -es decir, no se puede tener a la una sin la otra, del mismo modo que no se puede tener un palo que no tenga dos puntas. A este respecto basta comparar la frase: "todas las cosas son dobles, la una contra la otra", con la observación que hizo Filo en el primer siglo de n.E. Filo, que estaba en relaciones con una escuela de Alejandría, dice: "Aquello que está hecho de dos opuestos es uno, y cuando uno es dividido los opuestos aparecen". Este es un punto de vista muy interesante sobre la vida si uno se toma la pena de estudiarlo.
Tenemos aquí otra antigua referencia a los opuestos, en este caso extraída del extraño trozo de escritura oculta que se encuentra en el segundo libro de Esdras, desde el tercer capitulo en adelante, en el Antiguo Testamento Apócrifo:
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