Observa la flor.
Cada mañana, con el calor del sol se abre en hermoso florecimiento.
Cada noche, se cierra.
Una vez, tu rabia te calentó y, como la flor, te abriste a ella. Eso pasó hace mucho tiempo. Ya es de noche.
El agua tranquila es como el cristal. Es un nivel perfecto.
Un carpintero podría usarlo. El corazón de un hombre sabio es tranquilo y calmado. Por tanto, es el espejo del cielo y la tierra, el cristal de todo. Sé como el agua quieta.
Mírate en ella y vete a ti mismo.
martes, junio 16
EL ESPEJO DEL CIELO Y LA TIERRA
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