martes, junio 16

Un Hombre es primero uno, luego dos, y luego uno



Un hombre debe observar todo en él y siempre como si no fuera él sino ELLO. Este significa que debe decir: "¿Qué está haciendo ELLO?", y no "¿Qué estoy haciendo yo?" Entonces ve ora los pensamientos que se suceden en él, ora las emociones, ora las comedias privadas, y los dramas personales, ora las elaboradas mentiras, ora los discursos, excusas e invenciones, y así sucesivamente, que pasan a través de él, uno tras otro.

Al instante siguiente claro está, cae otra vez en el sueño y desempeña su papel en todos ellos. Es decir, actúa en la comedia que ha compuesto y cree que es verdadera. Piensa que es la parte que ha inventado.

Es preciso ver todas las reacciones a la vida, y las circunstancias como ELLO en uno y no como "Yo". Si se dice "Yo", entonces nada sucede. El decir "Yo", el sentir "Yo", hace que el cambio sea imposible.

Si a cada estado negativo se dice "Yo", no se puede escapar.

El instrumento de la observación de sí se asemeja a un cuchillo que extirpa lo que no es nosotros. Cuando se ve lo que significa decir: "Este no es Yo", entonces se ha empezado a usar este instrumento. En el momento en que alguien dice realmente: "¿Qué está haciendo ELLO?", en lugar de "¿Qué estoy haciendo yo?", ya empieza a comprender. Inmediatamente empiezan a establecerse una nueva serie de reacciones o más bien nuevas maneras de tomar las cosas.


Nicoll




 
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