El profesor Larry Young, de la Universidad Emory de Atlanta, en Estados Unidos, en un artículo que ha publicado recientemente en la prestigiosa revista Nature , afirma que el amor puede explicarse a través de una serie de procesos neuroquímicos que suceden en áreas específicas del cerebro.
Si ello fuera cierto, afirma Young, no tendríamos que depender más de las ostras o el chocolate como afrodisíacos.
En vez de eso, sería posible que los científicos desarrollaran afrodisíacos químicos que harían que nos enamorásemos de la primera persona con la que nos cruzáramos.
Y a aquellos que se enamoran de quien no deben, se les podría dar un antídoto contra un amor inadecuado.
Incluso se podría llegar a realizar un "test del amor" para saber si dos personas están predispuestas a tener una vida en común ¿"feliz"?.
sábado, enero 17
EL AMOR, SÓLO UNA DROGA
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